Cada
verano un faro, el año pasado toco el de Mesa Roldan en Almería y este del de
Maspalomas, a ver si con un poco de suerte también puedo visitar el de
Finisterre este año, que siempre me ha llamado la atención por su significado.
La visita a Canarias ha sido algo inesperada, ya que salió de un día para otro
sin planificar ni nada, como mejor salen las cosas, y así salieron, muy bien.
Todas las mañanas paseaba por la playa hasta
llegar al faro, situado al final de la playa y junto a las dunas, la laguna y
el llamado Oasis de Maspalomas. El faro se ha convertido en un símbolo de
Canarias, a la vez es uno de los más antiguos de las islas todavía en
funcionamiento. La
decisión de construir un faro en Maspalomas data de 1861 pero
no es hasta 1884 cuando
se encarga a Juan de León y Castillo la redacción del proyecto. Las obras
duraron hasta 1889 y el
faro empezó a funcionar la noche del 1 de febrero de1890.
Este faro esta diseñado por el Ingeniero Juan
León y Castillo como un conjunto luminoso constituido por dos cuerpos
principales, la casa del farero y la torre. La vivienda, de planta rectangular,
fue desarrollada a partir de una idea tradicional del canario,
las cuatro fachadas son simétricas en puertas y ventanas y siguen
la moda ecléctica del periodo en que fue construido. Sobre
la entrada al edificio encontramos un pequeño balcón en madera de tea y en el interior un patio sirve como
distribuidor para dar acceso a todas las estancias y a la propia torre. La vivienda actúa como zócalo que contrarresta los
empujes de la torre, adosada a esta.
La torre está
de cara al mar, en la parte sur
del conjunto, es un cilindro troncocónico que cuenta con un
diámetro medio en el cuerpo superior de 6,20 metros, una altura de 54,70 metros
y en su culmen se ubica la linterna, con lo que el conjunto alcanza una altura
de 60 metros. Cuenta con diseño de fuste clásico cuya sección va disminuyendo
conforme se acerca a su capitel,
rematado con anillos y mútulos. En su fachada dispone de una sucesión en altura
de alargados huecos verticales, que dan luz a la escalera de subida a la linterna y, en lo alto,
bajo el capitel, una pequeña luminaria vidriada cuya finalidad es más bien
ornamental. El color de la torre es gris azulado, propio de la sillería con la que está construida en su
totalidad.
Texto de la Declaración como Bien de Interés Cultural,
publicada en el Boletín Oficial de Canarias de 21 de abril de 2005