miércoles, 28 de noviembre de 2012

San Isidro de Avila

     Muy pocos madrileños cuando pasean por el Parque del Retiro, entre las confluencias de O´Donnell y Menéndez Pelayo, saben que en el cerro del los gatos se halla una iglesia románica del siglo XII, ubicada ahí a fines de del XIX tras sufrir una serie de avatares tras su construcción  extramuros en la parte meridional de Avila. Imagino que también muy pocos abulenses  sabrán eso, por no haberla echado nunca de menos. Se conservan algunos restos de sillares y sillarejos en los muros que construcciones del la zona llamada Atrio de San Isidro, que se pueden ver desde la puerta de la Malaventura o de los Gitanos, si se excavase en la zona podríamos conocer su primera situación así como su tamaño.


    El templo fue levantado en el primer tercio del s. XII, por lo que se le considera románico puro; construido sobre la primitiva iglesia prerománica de San Pelayo. Recibira la advocación de San Isidoro, ya que en el año 1062, esta acoge las reliquias de este santo en su traslado desde Sevilla a León. La advocación cambia a la de San Isidro, posiblemente debido a una especie de adecuación lingüística popular. 
     Con la desamortización de Mendizabal, la iglesia queda en un estado ruinoso y es comprada por un noble, que a su vez la vende a Emilio Rotondo Nicolau y este a su vez se la vende o cede  al Estado Español en 1884. Se reedificó el templo en los jardines del Museo Arqueológico y después tras una serie de desavenencias entre los miembros de la Academia de San Fernando  sobre su ubicación se traslada al Parque del Retiro, donde hoy se encuentran sus restos (ábside y portada). En su nueva ubicación, la cabecera del templo es colocada apuntando hacia el sur, en lugar de hacia el este, como ocurre en el resto de templos cristianos de la época (lo más cercano al nacimiento de lo divino).
     El templo contaba con una sola nave con cubierta de madera, una puerta al mediodía y otra en los pies, y un ábside semicircular con tramo recto presbiteral cubierto con bóveda de horno y cañón, estuvo estructurado en tres paños y cada unao con un vano arquivoltado, dos columnas con capiteles. También dispondría de una torre o de una espadaña.  Los elementos que conforman las ruinas de San Isidro de Avila en Madrid son la portada, muy deteriorada,  y el ábside .



domingo, 25 de noviembre de 2012

Gilgamesh

   
  La Epopeya de Gilgamensh, es el primer poema épico de la historia de la humanidad  esta considerado como la narración escrita mas antigua; escrito en caracteres cuneiformes narra la historia del legendario  personaje de la mitología sumeria. Se pude decir que narra un viaje iniciatico a lo trascendente en busca de la inmortalidad, anticipo del homérico de Ulises.
     Los habitantes de la ciudad de Uruk piden ayuda a los dioses para librarse de al opresión de su rey, estos envían a Endiku para que luche contra Gilgamesh y lo venciera, pero la lucha esta muy igualada, venciendo Gilgamesh y siendo reconocido como verdadero Rey, los dos terminan como amigos y hacen un viaje en busca de aventuras donde aparece toda clase de peligros y animales fantásticos
     Mientras, la diosa Inanna protege y cuida la ciudad; esta eclara su amor a Gilgamesh, éste la rechaza, provocando su ira y se vengará envía el Toro de las tempestades para destruir a los dos amigos y a toda la ciudad. Gilgamesh y Enkidu matan al toro, los dioses se enfurecen por este hecho y castigan a Enkidu con la muerte. Gilgamesh muy apenado por la muerte de su amigo recurre a un sabio llamado Utnapishtim el único humano que por la gracia de los dioses es inmortal. Gilgamesh recurre a él para que le otorgue la vida eterna, pero Utnapishtim le dice que el otorgamiento de la inmortalidad a un humano es un evento único y que no volverá a repetirse como ocurrió con el Diluvio Universal. Finalmente la esposa de Utnapishtim le pide a su esposo que como consuelo a su viaje le diga a Gilgamesh donde localizar la planta que devuelve la juventud (pero no la vida eterna), éste le dice que la planta está en lo más profundo del mar. Gilgamesh se decide a ir en su busca y la encuentra, pero de regreso a Uruk decide tomar un baño, y al dejar la planta a un lado, una serpiente se la roba (las serpientes cambian de piel, por ello vuelven a la juventud). El héroe llega a la ciudad de Uruk donde finalmente muere.

     "Entonces, Gilgamesh, acepta tu destino", aconsejó Siduri. "Cada día , lava tu cabeza, baña tu cuerpo y viste ropa que sea relucientemente fresca. Llena tu estómago con alimento sabroso. Juega, canta, baila y sé feliz tanto de día como de noche. Disfruta en los placeres . . . haz cada día de tu vida un festín de regocijo! Esta es la tarea que los dioses han preparado para todos los seres humanos. Ésta es la vida que tú debes buscar, porque ésta es la mejor vida que un mortal puede esperar conquistar".




martes, 13 de noviembre de 2012

Palabras de antaño

     El vocabulario va cambiando, lo notamos todos. Nosotros no hablamos como nuestros padres, ni ellos como nuestros abuelos. A veces, en las reuniones familiares, nos dejamos llevar por el poder evocador de aquellas palabras que, antaño, usaba la bisabuela (como cancamusa, hebetar, metemuertos o suripanta) y que nuestros hijos ni tan solo encontrarán escritas. Ahí van unos ejemplos:

  • Atocinarse, enamorarse perdidamente.
  • Cancamusa, intención fingida con que se tira a deslumbrar a alguno para que no entienda el engaño que se le va a hacer.
  • Conventillo, la casa de viviendas pequeñas en las que suelen habitar mujeres y hombres viciosos; prostíbulo.
  • Dragomán, en el oriente dan este nombre a los que sirven de intérpretes de lenguas.
  • Esleer, elegir, preferir a alguien o algo para un fin.
  • Estatera, instrumento que sirve para conocer la igualdad y diferencia de los cuerpos graves; más comúnmente llámese peso o balanza.
  • Filautero, el que solo cuida de sí mismo, atendiendo únicamente a su propio interés, desatendiéndose del de los demás; egoísta.
  • Insumular, acusar a uno de un delito; delatarlo.
  • Liento, lo que no está completamente enjuto, antes conserva alguna humedad; húmedo.
  • Maganto, triste, abatido, macilento, enfermizo.
  • Názora, la luz sonrosada que sigue a la del alba y precede a la salida del sol.
  • Orbedad, carencia de padre o madre, o de uno y otro; orfandad.
  • Peculado, en el antiguo derecho, delito que consiste en el hurto de caudales del erario, cometido por aquel a quien está confiada su administración (algo muy en boga en esto tiempos).
  • Rompepoyos, persona holgazana.
  • Sece, dieciséis (16).
  • Udónmetro, aparato que sirve para medir la lluvia que cae en lugar y tiempo dados; pluviómetro.
  • Zangolotino, muchacho que quiere o a quien se quiere hacer pasar por niño.



Sacado de ¿Cuánto sabes de palabras de antaño? Vox, 2012

miércoles, 7 de noviembre de 2012

La Boquería (Barcelona)

     La primera vez que estuve en Barcelona fue en el año 1991, creo recordar, estuve un mes por allí trabajando con Miquel Barceló en Alt Penedès, y algún fin de semana bajamos a la ciudad y me llevaron al Mercado de San José. Al año siguiente volví becado por la UIMP y pateé la ciudad a mi aire, fue cuando verdaderamente descubrí el encanto de la Boquería, sus puestos multicolor, la variedad de productos y frutas que había visto en libros o por la televisión. Cuando voy a cualquier ciudad me gusta ir a los mercados municipales o de abastos, claro te encuentras de todo, pero como este nada. Considero que es una visita obligada si vas a la Ciudad Condal (el otro día se me ocurrió decir que había estado en una capital extranjera). 

Boqueria Market - Barcelona
     
     El Mercado de San José, conocido como La Boquería, ocupa el lugar donde antes estuvo el convento de los carmelitas descalzos, difusores de la advocación a San José. Su origen de este mercado se remonta a un mercado ambulante, allá por el siglo XII, tras grandes avatares, no sera hasta el año 1836 cuando se proyecte un mercado que se inaugurará cuatro años después; será en 1914 cuando se inaugure el mercado con la cubierta metálica que vemos en la actualidad.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Fundación Loewe



  
   Paseando el otro día por Gracia, en el número 91, dimos con la Fundación Loewe, el museo de la marca, un espacio innovador dedicado a mostrar su esencia y sus 166 años de  historia y artesanía, una técnica creativa en alza para las marcas de lujo. El espacio está compuesto por cinco niveles que muestran al visitante desde la historia del Amazona, bolso emblemático que sedujo a la mismísima Ava Gadner, hasta una planta enteramente dedicada a la seda en la que dos organzas danzan como bailarines de flamenco, impulsadas por círculos de ventiladores.