Muy pocos madrileños cuando pasean por el Parque del Retiro, entre las confluencias de O´Donnell y Menéndez Pelayo, saben que en el cerro del los gatos se halla una iglesia románica del siglo XII, ubicada ahí a fines de del XIX tras sufrir una serie de avatares tras su construcción extramuros en la parte meridional de Avila. Imagino que también muy pocos abulenses sabrán eso, por no haberla echado nunca de menos. Se conservan algunos restos de sillares y sillarejos en los muros que construcciones del la zona llamada Atrio de San Isidro, que se pueden ver desde la puerta de la Malaventura o de los Gitanos, si se excavase en la zona podríamos conocer su primera situación así como su tamaño.
Con la desamortización de Mendizabal, la iglesia queda en un estado ruinoso y es comprada por un noble, que a su vez la vende a Emilio Rotondo Nicolau y este a su vez se la vende o cede al Estado Español en 1884. Se reedificó el templo en los jardines del Museo Arqueológico y después tras una serie de desavenencias entre los miembros de la Academia de San Fernando sobre su ubicación se traslada al Parque del Retiro, donde hoy se encuentran sus restos (ábside y portada). En su nueva ubicación, la cabecera del templo es colocada apuntando hacia el sur, en lugar de hacia el este, como ocurre en el resto de templos cristianos de la época (lo más cercano al nacimiento de lo divino).
El templo contaba con una sola nave con cubierta de madera, una puerta al mediodía y otra en los pies, y un ábside semicircular con tramo recto presbiteral cubierto con bóveda de horno y cañón, estuvo estructurado en tres paños y cada unao con un vano arquivoltado, dos columnas con capiteles. También dispondría de una torre o de una espadaña. Los elementos que conforman las ruinas de San Isidro de Avila en Madrid son la portada, muy deteriorada, y el ábside .