El domingo pasado quede para ir al rastro salmantino, hacia siglos
que no iba, en realidad nuca había ido a este emplazamiento; en mi etapa
salmantina, fui algún domingo cuando lo ponían por la Plaza del Oeste y después
en la Ribera del Puente, bajo la muralla y la Casa Lis, desde entonces no había
vuelto y a punto estuve de no ir; la única pega que puse a Daniel era que si había
nieve no iba, ya que estábamos bajo amenaza de nevadas y a eso de media noche
nevaba con muchas ganas. Amaneció un domingo de lo mas desapacible, gris,
cubierto y frío como para salir de casa, pero si se queda se queda, cogí mi
coche y a eso de las 10:45 estaba aparcando en el Camino de las Aguas, por esa
zona viví un par de años cuando estudie. Baje para la Aldehuela y a buscar las
cosas viejas y esperar que este pareciera pronto y enseguida lo hizo, echamos un vistazo
y nos fuimos a desayunar al bar de los portugueses. Se llama Vasco de Gama,
como el navegante luso coetáneo de nuestro Colón, el bar está entre la rotonda
de la bandera y el Pryca (para mi como para muchos siempre será así, ya que
cuando lo abrieron se llamaba así y con eso se nos quedo). Si apetecía un café
para entrar en calor y de paso un dulce. Había bastante gente y tuvimos que
esperar para conseguir una mesa, así dio tiempo a mirar el mostrador todo lleno de dulces y salados portugueses.
Tras la espera pedimos un galâo y un pastel de nata o pastéis de Belem; me
hubiese pedido uno de todo, ya que tenían un aspecto estupendo y te entraban
por los ojos, pero no era plan y así tengo la excusa para volver otro día y
también para recomendar esta cafetería, algo que ya estoy haciendo.
Los portugueses como los españoles somos bastante golosos y eso se
nota en la gran variedad de dulces; también como nosotros la tradición
pastelera se desarrolló en conventos y hay que buscar una base común en la
gastronomía árabe. Os comentare alguno de los dulces que pude ver en el Vasco de Gama, hay muchos más, y que me recordaron algún viaje a Portugal.
Pastel de nata o Pasteis de Belem, tartaletas de hojadre rellenas de crema y con canela por encima. Se cree que son originarios del Monasterio lisboeta de Belem; se fabrican en la Casa Pasteis de Belem desde 1837 y es allí donde está la receta secreta de estos.
Quijadas de Sintra, dulces a base de queso fresco, huevos leche y azúcar en una receta guardada a buen recaudo.
Mil Folhas, de origen francés y hechas con hojaldre relleno de crema.
Bolo de arroz, se puede decir que es una especie de magdalena hecha con harina de arroz, dándolas un sabor diferente, en envueltas en un papelito fino.
Trouxas de Malveira, son unos rollos de bizcocho rellenos de una crema de vainilla y frutos secos molidos.
Ya sabéis donde se puede disfrutar de un café y de unos dulces lusos solo con ir a Salamanca y pasear por ciudad, eso si recordar que a poco más llegas a Portugal y al menos puedes decir que has salido al extranjero a pasar el día, como los ricos de Bejar.
Pastel de nata o Pasteis de Belem, tartaletas de hojadre rellenas de crema y con canela por encima. Se cree que son originarios del Monasterio lisboeta de Belem; se fabrican en la Casa Pasteis de Belem desde 1837 y es allí donde está la receta secreta de estos.
Quijadas de Sintra, dulces a base de queso fresco, huevos leche y azúcar en una receta guardada a buen recaudo.
Mil Folhas, de origen francés y hechas con hojaldre relleno de crema.
Bolo de arroz, se puede decir que es una especie de magdalena hecha con harina de arroz, dándolas un sabor diferente, en envueltas en un papelito fino.
Trouxas de Malveira, son unos rollos de bizcocho rellenos de una crema de vainilla y frutos secos molidos.
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