Primer fin de semana de la exposición de Cezanne en el Thyssen,
puff imposible entrar está a tope; habrá que dejarlo para otro día, aunque veré
la de Darío de Regoyos que me resulta más interesante y realmente me gusta. Ya
que estábamos allí, aunque había que esperar un poco vemos las pinturas del Greco de la colección: dos anunciaciones, un Cristo y una Inmaculada. Han
aprovechado el momento y han hecho un profundo estudio de su técnica, temática,
color y forma de trabajar y lo exponen con un audiovisual. Me gustan más los azules
de su primera época, Anunciación de 1576, así como el resultado de la
composición de la otra Anunciación con una diferencia de 20 años.
Me vino a la cabeza F. Scott Fitzgerald que al final de Gatsby (1925) evoca unas imágenes nocturnas del Greco, comparando la visión de Toledo con la costa norte de la isla de Long Island: “. . . siempre me pareció que el Este tenia la característica de distorsionar las cosas. West Egg sigue apareciendo en mis sueños más fantásticos. Lo imagino como como una escena nocturna de El Greco: un centenar de casas a la vez convencionales y grotescas, amontonadas bajo un cielo huraño y bajo una opaca luna. . . “
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