¿Qué tienen en común las dos
fuentes más conocidas de Madrid? La de Cibeles y Neptuno. Ambos personajes mitológicos, las dos en el
paseo del Prado, las dos son puntos de celebración de los triunfos
futbolísticos de los equipos capitalinos, ambas son diseñadas por
Ventura Rodríguez y parte de ellas son ejecutadas por escultores de origen
abulense, Francisco Gutiérrez y José Guerra, tío y sobrino, nacidos en San
Vicente de Arévalo.
Los
Borbones son los impulsores de las obras urbanísticas de la capital del
reino, sobre todo Carlos III. Los primeros proyectos urbanísticos en el
Paseo del Prado son impulsadas poro Felipe II, alineando el paseo y plantando
árboles en el entorno del cauce del desaparecido arroyo del Olivar o de la Fuente
Castellana. Pero será durante el reinado de Carlos III cuando se lleve a cabo la gran reforma
convirtiéndolo en un paseo ajardinado con fuentes, denominado el Salón del
Prado. La idea fue promovida por el Conde de Aranda, iniciándose las obras en
1763.
El Salón del Prado fue ordenado urbanísticamente por José
de Hermosilla, que diseñó una planta longitudinal, con
grandes fuentes de trecho en trecho (Cibeles, Neptuno y las Cuatro Estaciones o
de Apolo). Las fuentes y los elementos decorativos fueron proyectados por Ventura Rodríguez y ejecutadas por diferentes artistas de la época.
El paseo discurría desde la Glorieta de Atocha hasta la Plaza de Cibeles.
Posteriormente se iran construyendo diferentes palacetes y edificios oficiales,
así como contenedores culturales, convirtiéndola en una de las principales
arterias capitalinas.
Francisco
Gutiérrez, nace en 1727 y con apenas 17 años ingresa en el taller del escultor
Salvador Carmona; obtuvo una beca para estudiar en Roma y fue escultor de
cámara del rey Carlos III. Entre
sus obras destacan: la citada escultura de Cibeles y el carro; monumento
funerario de Fernando VI, en la Iglesia de Santa Bárbara de Madrid (parte del antiguo Convento
de las Salesas Reales), sobre el diseño de Sabatini; las figuras de las Virtudes
Cardinales, en la Puerta de
Alcalá; sepulcro
de San Pedro de Alcántara, en Arenas
de San Pedro; la Piedad, en la Catedral
de Tarazona; Santo Domingo de Guzmán y San Pedro de Alcántara, en la catedral de El Burgo de Osma.
José Guerra, nace en 1756, también se
traslada a Madrid y por intercesión de su tío entra en la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando; tambien disfruta de una beca entre 1779 y 1784
en la Academia del Campidoglio de Roma. Fue nombrado ayudante del primer
escultor de cámara y Teniente Director del Estudio de la Calle Fuencarral.
Algunas de sus obras más destacadas: esculturas en la Alameda de Osuna,
como la Venus y sus trabajos en el templo; algunas partes de la fuente de Neptuno; los
escudos para la Casa de los Gremios de la calle Atocha y la Fabrica de
Aguardientes y Rosolis; en Ávila realiza varias obras para la Capilla de los
Velada de la Catedral, en el Santuario de San Pedro de Alcántara, algunas imagenes para la iglesia de Cisla y la de Fuente el Sauz; imágenes del retablo mayor de la
Colegiata de Villafranca del Bierzo.