Retomamos la serie Poemas robados con uno del maestro Jacinto Herrero Esteban, recogido en Ávila la casa y publicado por primera vez en 1969, poemario en el que glosa el soneto Quietud amurallada de Leopoldo Panero. Los poemas hunden sus raíces en las gentes y los paisajes de Ávila, en su historia y su arte, en su literatura y en su espiritualidad. Ávila en Jacinto Herrero es una vivencia sentida y culta, humana y humanística.
Vivís. Nada ni nadie en mi memoria
borrará vuestras huellas, piedras puras,
torreones, volutas con figuras
de monstruos o quimeras sin historia.
Lento el recuerdo girará en su noria,
ciudad de lo pasado. Tu procuras
bucear por mi alma en las honduras,
vivir el hoy conmigo. Tu victoria
soy sobre el tiempo. Te renuevo día
por día y para siempre. Yo escondo
en la corriente de un secreto río
y me enseñas a cambio la armonía
de escuchar por la sangre el latir hondo
de las cosas lejanas, sueño mío.
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