viernes, 5 de octubre de 2012

Los agotes (Valle del Baztán, Navarra)


Agote (según el diccionario de la RAE) gentes o linaje del Valle de Baztán en Navarra. Aunque también son algunos de los pobladores del Valle del Roncal y de municipios aragoneses y vasco-franceses. Joan Corominas en su diccionario Crítico Etimológico no da algún dato más: “Paria, individuo perteneciente a una generación postergada de valle de Baztán, Navarra”. Durante siglos sufrieron la discriminación social del resto; se conoce su existencia desde la Edad media. Todo esto viene por el inminente estreno de la película Baztán de Iñaki Elizalde, ambientada en el valle que la da nombre y en la que se narra la estancia de un equipo de rodaje  para hacer una película sobre unos oscuros hechos que acaecidos  en el siglo XVII.
Atendiendo al origen del nombre, algunos especulan con la posibilidad de que los agotes fueran de origen gogo, desertores de algún ejército que se refugiaron en los valles vasconavarros, donde serían mal recibidos por la población autóctona, lo que daría origen al prejuicio y a la discriminación alimentada por la leyenda. Otra teoría afirma que en su origen fueron delincuentes procedentes de Francia que, para escapar a la justicia, se ocultaron en leproserías antes de decidirse a cruzar la frontera, de donde vendría la idea de que son transmisores de lepra, una de las acusaciones más habituales. Otra teoría sitúa sus orígenes en los de un colectivo de la construcción: En el año 950 en Occitania se originó un conflicto entre los dos colectivos de la construcción: los de la piedra y el de la madera. A raíz del asesinato del maestro de colectivo de la piedra comenzó una guerra a muerte entre los dos colectivos.



Fueron segregados y tratados como una raza inferior y herética, llegándoles a impedir casarse con gentes de otras poblaciones, lo que reforzaría el carácter endogámico. Sufrieron discriminaciones que les obligaban a vivir fuera de los núcleos de población, a vestir un ropaje para ser identificados. Los agotes no podían mezclarse en ningún caso con los no agotes: En las iglesias navarras solían quedar relegados a un hueco bajo el coro, el campanario o la escalera para oír misa, y con frecuencia tenían una entrada específica, a un lado de la principal, más baja y más estrecha.  También tenían una pila bautismal diferenciada. Una barrera, generalmente una raya en el suelo les impedía acceder a la parte delantera del templo, cerca del altar. Incluso sus ofrendas eran recogidas y puestas aparte de las del resto de los fieles.
Las leyendas les atribuía rasgos físicos distintivos, como no tener lóbulo en la oreja, idea que tomó fuerza incluso después de que desapareciera la marginación, cuando cundió la idea de que eran de origen étnico diferente a la población autóctona de los valles. Así, Pío Baroja dice de ellos en Las horas solitarias que tienen: “cara ancha y juanetuda, esqueleto fuerte, pómulos salientes, distancia bicigomática fuerte, grandes ojos azules o verdes claros, algo oblicuos. Cráneo braquicéfalo, tez blanca, pálida y pelo castaño o rubio; no se parece en nada al vasco clásico. Es un tipo centro-europeo o del norte. Hay viejos de Bozate que parecen retratos de Durero, de aire germánico. También hay otros de cara más alargada y morena que recuerdan al gitano”.
        En 1514 solicitan al Papa León una bula que los eximiera de las restricciones que se les había impuesto en las prácticas del culto. Apenas si tuvo efectos prácticos y habría que esperar a 1819 la promulgación de leyes que atajaran la marginación; las Cortes de Navarra derogaron las leyes medievales discriminatorias y luego se intentó la deportación de los agotes desde sus valles hacia una población cercana a Madrid llamada Nuevo Baztán, fundada hacia 1715 por Juan de Goyeneche , si bien la mayoría de los agotes permaneció en o bien regresó a ellas. La discriminación así como la conciencia de la existencia de los agotes se fue diluyendo a lo largo del tiempo. El último sitio donde se mantuvo cierto grado de prejuicio hasta bien entrado el siglo XX, según los testimonios de los pobladores, fue la localidad navarra de Arizcum, en la que existe un barrio llamado Bozate (al que se refiere la cita de Baroja), que originariamente era el gueto reservado a los agotes.



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