jueves, 13 de mayo de 2010

Toledo













Mi relación con Toledo es rara. La primera vez que estuve allí fue en el ultimo año de carrera, asistí a un congreso sobre visigodos y una jornada se desarrollo en la ciudad del mazapán, no guardo buen recuerdo de esa visita. Los interiores de la ciudad me parecieron maravillosos, los exteriores no tanto. Estuvo todo el día lloviendo y las calles eran unos arroyos de agua, nos mojamos todo, hasta los huesos; a la vuelta en el autobús para Madrid, muchos nos quitamos los pantalones e hicimos la vuelta en corazoncillos o bragas, con los pantalones colgando de los portaequipajes.

Después volví acompañando a Rebollo, mientras el investigaba para su tesis de autoras castellanas, yo redescubrí el lugar: callejuelas estrechas, casonas o casoplones (como diría Isaac), la catedral, la sinagoga y sobre todo el Greco. Creo que la languidez de su pintura viene dada por la ciudad. Comimos en un restaurante cerca de San Juan de Reyes, pero no me acuerdo cual fue, eso si comimos bien.
A todas las ciudades o pueblos los identificamos con un monumento (Avila la muralla, Segovia el acueducto, Burgos la catedral, Valencia el Miguelete, Sevilla la Giralda)pero en Toledo no encuentro nada significativo para identificarla, el Alcázar, no, San Juan de Reyes, tampoco, la Sinagoga, pues no. Creo que Toledo es una imagen global, un todo que observas cuando llegas en coche y ves la Puerta de la Bisagra y una mole de edificios tras ella.

Estuve hace tres años en verano, fue un visita relámpago: desayuno, entregar una memoria en el "Real Colegio de Doncellas Nobles" y vuelta con "toa la calo" menos mal que en casa me esperaba la piscina.
Hace poco estuve con José y encontré un Toledo diferente, lejos de Zocodover o las calles principales; intrincadas callejuelas, casas de vecinos, palacios andamiados, etc. Un Toledo diferente, ni mejor ni peor, muy distinto al que conocía, nada que ver con la marabunta de turistas y gente. Al otro lado del Tajo se veian los cigarrales y una boda en la ermita. No sabia de la existencia de los Baños de Tenerias y fueron una grata sorpresa, un entorno sucio y descuidado para unos restos curiosos.

lunes, 10 de mayo de 2010

Ciuda invisible - ciudad imaginada



¿Cómo seria tu ciudad imaginada? La mía tendría tejados rojos, ventanas azules y verdes, paredes en tonos ocres y un rió.

jueves, 6 de mayo de 2010

ORGAZ (Toledo)



Para mi Orgaz solo existía por el cuadro del Greco y mi sorpresa ha sido comprobar que es un pueblo con mucha historia y bueno para pasar un buen rato. Un paseo por sus calles contemplando el robusto castillo, rodeado de coches, eso si, casoplones con escudo, casonas castellanas y alguna que otra casa moderna que desde su sencillez destaca frente a esas casas que son todo apariencia y lo único que pretenden es reflejar que se ha ganado dinero (balaustradas imposibles, rejas y vidrieras, algo así como el hotel "estilo remordimiento" ya sabéis cual). Llegamos a la salida de misa, lo que implica mucha gente en la plaza y vermú, como a uno le gustan esas cosas, pues eso te sientas y a refrescarte a al vez que pinchas algo típico de la tierra, que en realidad es lo que mas apetece y como ves que toda la gente hace eso pues tu también, no vas a ser el raro.

No me percate que estábamos en mayo, solo por el calor, lo que implica que toda iglesia que se precie tiene montada su cruz de mayo (era la víspera), así que otra grata sorpresa mas para el saco. Las casas están encaladas o en su defecto en claros colores ocres, como debe de ser, persianas echadas y cortinas de tela en las puertas, como antes se hacia en todos los pueblos. La plaza mayor desde su sencillez una pasada, los caserones también. Me chocó el peazo puente, con 5 ojos que resulto que le daba nombre, para un regato tan escaso, como en toda Castilla, ya sea la Vieja o la Nueva hubo un pasado mejor, con mas agua y mas gente.


Si podéis escaparos y echar un vistazo a este pueblo y a los de alrededor, Mora o Villaminaya, seguro que os gustaran y no os arrepentiréis, eso si en primavera nada de ir en agosto.

















El sábado pasado estuve un Orgaz, un pueblin con mucho peso, todo fue de rebote ya que fue un parada técnica camino de las Tablas de Daimiel. Por lo visto tiene sus orígenes en los pueblos carpetanos que habitaron esa zona peninsular. De época romana hay un puente y los restos de una presa, la verdad que viendo el rió en la actualidad, un chorrin de agua, cuesta pensar como pudo ser antes. Toda esta zona de la meseta castellana estaba poblada de grandes masas boscosas así como lagunas, las lagunas se desecaron cuando se pensaban que eran malsanas y provocaban pestes y demás, después las cabezas pensantes se dieron cuenta que no y ya no había remedio; en cuanto a los bosques, estos fueron cayendo a golpe de hacha para la construcción de barcos, en esa época España era un gran imperio con posesiones en ultramar y gran tragin de acá para allá, unido a la Armada Invencible.
De época árabe conserva restos de una muralla de adobe y parte de su trazado. En la época de la reconquista de toledo se asientan mozárabes, que dejan su impronta (como suena esto) en la construcción. Aquí vivió el hijo del Cid y Doña Jimena, empezando este lugar a tener gran peso. Otro punto destacable es la reunión entre Fernando III el Santo y su madre doña Berenguela con los nobles de la corte, en un caserón que aun se conserva, la Casa del Vinculo de las Cadenas.
Carlos I concede el titulo de Conde de Orgaz a Alvaro Pérez de Guzmán; el segundo señor de Orgaz es inmortalizado pro el Greco.

Tras la reseña, diré que el pueblo me gusto mucho, con una plaza popular porticada con una Iglesia de gran embergadura del siglo XVIII. Me llamaron la atención algún casoplón y elementos populares. Un pueblo para visitar, pues si, es grato conocer lugares así.

miércoles, 5 de mayo de 2010

HOY EMPIEZA TODO
Tras un largo paron sin motivo aparente, aunque siempre hay alguno, estoy de nuevo aqui, espero editar entradas de vez en cuando