jueves, 20 de marzo de 2014

La Violeta (M)

En los paseos por el centro de Madrid me he encontrado con establecimientos curiosos y de toda la vida y voy a comentar uno de ellos. Hay gente que considera a esta tienda una de las más originales de Madrid y de las que aún conservan un sabor antiguo, desde su puerta y escaparates hasta su interior y todo lo que en ella podemos encontrar. He pasado infinidad de veces por su puerta, en la plaza Canalejas, pero nunca había entrado hasta el otro día. Este local esta a punto de cumplir un siglo de vida.  Mariano Gil abrió esta tienda en 1915, procedía de una familia de pasteleros y pensando en hacer algo diferente al resto y se decidió por los dulces con esencia de violeta, que resultaron ser un éxito.
Los caramelos, tienen forma de violeta con cinco hojas, se elaboran artesanalmente en Madrid y se venden en una cajitas con un papel propio de la tienda o en cajas de porcelana con su flor, lo que hacen de ellas el perfecto regalo. A parte de los caramelos, también hacen unas violetas naturales escarchadas, marrón glaseé, frutas confitadas, chocolate con leche en forma de troncos de madera o su típico chocolate del músico (con nueces y pasas). También tienen una infusión de violetas y una mermelada de miel y violetas.
En los mentideros se decía, y será verdad, que Alfonso XIII regalaba violetas a su esposa la reina Victoria Eugenia, como a sus diversas amantes. Así no había ningún tipo de confusión

jueves, 6 de marzo de 2014

Plaza Mayor (SA)

     
     "No sé sabréis que allá en Salamanca hay, como en la mayor parte de nuestras viejas ciudades, una plaza cubierta, la Plaza Mayor, con arquillos o soportales, donde la gente se pone a dar vueltas cuando hace mal tiempo, y también cuando lo hace bueno. La tal plaza es una escuela de holgazanería y de murmuración. Hay dos vueltas, las de las mujeres y la de los hombres; los hombres van por la parte de adentro, es decir, por la vuelta más corta, llevando su derecha en en el sentido del reloj, o como se dice ahora, en movimiento dextrógiro, y las mujeres van por la parte de afuera, llevando también su derecha, mas en sentido contrario al del reloj, o sea en movimiento levógiro. Y así  matan las horas enteras, dándose cara dos veces en cada vuelta y murmurando casi todos" Miguel de Unamuno