miércoles, 27 de agosto de 2014

Finisterre (La Coruña)

     Versioneando a Mecano, “Es una ocasión singular ... que no hay que dejar escapar para viajar a otro lugar, cuando tomo una decisión soy peor que Napoleón y aunque no me guste el avión soy un hombre de acción y por eso...”  Fui a Finisterre, juntado tres días, me lié la manta a la cabeza y por fin hice el viaje deseado, viaje peninsular, mejor dejar las divisas dentro y así nos cunde a todos. Así que a Santiago de Compostela. Menos mal que me adelante un fin de semana, que si llego a ir este me da un patatus, con la Merkel y toda su cuchipanda alrededor.
     Santiago como siempre lleno de gente por todas sus calles y  plazas, hizo buen tiempo, por lo que todos estábamos fuera. Visita a la catedral con su museo, pórtico y demás; abrazo al Apóstol y misa con vísperas en el altar mayor a las 19:30, ya que estas allí, pues vives todo y lo disfrutas.
     Desde hace tiempo tengo la costumbre de visitar los mercados de abastos de los lugares donde estoy, es una manera de ver el día a día de las gentes del lugar; en algunos te llevas gratas sorpresas, en otros no tanto, pero es una manera más de hacer turismo y conocer. El edificio actual data de 1941 y fue diseñado por Joaquín Vaquero, readaptando el edificio del antiguo mercado de la ciudad de 1870; esta estructurado en cuatro naves, realizadas en sillería de granito con cubiertas de Bóveda de cañón y tejado en el exterior, iluminado por grandes vanos de medio punto.

      Donde yo realmente quería ir es a Finisterre, al Cabo Fisterra; así lo bautizaron los romanos cuando vieron como el océano engullía el sol y pensaron que era el fin del mundo conocido. Según la leyenda en estas tierras fue sepultada por el agua la ciudad de Duyo, como castigo divino a los pecados y la indiferencia de sus habitantes tras la llegada del apóstol Santiago a estas tierras; se dice que quedan dos rocas con forma de buey como testimonio de este hecho.
     El Faro de Finisterre se levanta en una península que se adentra en el mar unos 3 kilómetros; fue construido en el año 1853 con el fin de señalar este punto para la navegación. El faro esta formado por una torre octogonal y una casa; la torre mide 17 metros y su linterna se sitúa a 138 metros sobre el nivel del mar. La linterna originalmente era de aceite, se cambio por lamparas incandescentes que emiten un destello cada 5 segundos y alcanza unas 30 millas marinas.  Al conjunto se añade en 1889 con un edificio anexo con una sirena, con el fin de avisar a los navegantes, debido a la niebla del invierno, y se conoce como la Vaca de Fisterra y se puede escuchar a más de veinte millas.
     Todo el conjunto se completa con el Semáforo, un edificio construido en 1879, para dar señales a la marina de guerra. Tras su restauración se ha convertido en un pequeño hotel rural en el fin del mundo, una excelente ubicación para un hotelito con encanto, el trato es muy bueno, pero las instalaciones pueden mejorar. Desde la terraza del bar se puede ver una espectacular puesta de sol que me he traído conmigo (mejor que la de Ibiza).

   



lunes, 11 de agosto de 2014

Faro de Cabo de Palos (Murcia)

            Parece ser que este verano ya no voy a Finisterre a ver su faro, ni el fin del mundo conocido para los romanos; en su lugar estuve en Cabo de Palos, lugar ya conocido y también con faro.
Tras pasar un día de playa  nada mejor que llegar a Cabo de Palos y tomar una cervecita para abrir boca, llegarse hasta el puerto y sentarse en La Tana, que salta a la vista por sus manteles verde pistacho, a cenar. Este restaurante nació como tienda en los años cincuenta, para convertirse en bar y llegar a como  lo conocemos ahora. Ofrece una cocina marinera, en la que destacan el típico caldero, diferentes arroces y pescados fritos. El postre fue un helado de milhojas, en una pastelería que hay al lado, y estaba buenísimo.
            Había que bajar la cena, así que nada mejor que dar un paseo por la playa de levante y llegar hasta el Faro de Cabo de Palos, que se encuentra en un promontorio en la parte más alta y rocosa del pueblo. Según Plinio el Viejo, en este promontorio hubo un templo dedicado a Baal Hammon; en el siglo XVI para defenderse de los ataques berberiscos se levanto una torre vigía que con forma hexagonal, esta torre se derruirá y sus piedras servirán para levantar el faro.
            El faro se termina de construir en 1864, bajo la dirección de Juan Moreno Rocafull y Evaristo de Churruca. El edificio tiene una planta cuadrada siendo sus lados de 20 metros y de dos pisos; los muros son de sillería. La torre se ubica en el centro llegando a alcanzar 51 metros sobre el terreno y 81 sobre el nivel del mar. Emite una luz blanca en grupos de 2 destellos cada 10 segundos, y tiene un alcance nominal nocturno de 23 millas náuticas.