lunes, 11 de agosto de 2014

Faro de Cabo de Palos (Murcia)

            Parece ser que este verano ya no voy a Finisterre a ver su faro, ni el fin del mundo conocido para los romanos; en su lugar estuve en Cabo de Palos, lugar ya conocido y también con faro.
Tras pasar un día de playa  nada mejor que llegar a Cabo de Palos y tomar una cervecita para abrir boca, llegarse hasta el puerto y sentarse en La Tana, que salta a la vista por sus manteles verde pistacho, a cenar. Este restaurante nació como tienda en los años cincuenta, para convertirse en bar y llegar a como  lo conocemos ahora. Ofrece una cocina marinera, en la que destacan el típico caldero, diferentes arroces y pescados fritos. El postre fue un helado de milhojas, en una pastelería que hay al lado, y estaba buenísimo.
            Había que bajar la cena, así que nada mejor que dar un paseo por la playa de levante y llegar hasta el Faro de Cabo de Palos, que se encuentra en un promontorio en la parte más alta y rocosa del pueblo. Según Plinio el Viejo, en este promontorio hubo un templo dedicado a Baal Hammon; en el siglo XVI para defenderse de los ataques berberiscos se levanto una torre vigía que con forma hexagonal, esta torre se derruirá y sus piedras servirán para levantar el faro.
            El faro se termina de construir en 1864, bajo la dirección de Juan Moreno Rocafull y Evaristo de Churruca. El edificio tiene una planta cuadrada siendo sus lados de 20 metros y de dos pisos; los muros son de sillería. La torre se ubica en el centro llegando a alcanzar 51 metros sobre el terreno y 81 sobre el nivel del mar. Emite una luz blanca en grupos de 2 destellos cada 10 segundos, y tiene un alcance nominal nocturno de 23 millas náuticas.

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