
La otra tarde, me decidí por revisitar este sitio, el Palacio de la Salina en Medina del Campo, un asombroso lugar en medio de la meseta castellana, verde y tranquilo, que me recuerda al norte peninsular.
Cuando comencé la aventura del blog pensé en Castilla y León, quedando plasmado en el título; pero claro esto significaba acotar el campo de movimiento, y no estamos para quedarnos quietos. Lo ampliaremos a toda España o simplemente los lugares que visite o no, así como viajes imaginarios a ciudades visibles o invisibles; a lugares encantados o de los que regresamos desencantados; lugares comunes o no tanto. En definitiva un cajón de sastre en el que cabe de todo o casi nada.

Cualquier excusa es buena para salir de viaje, en este caso era Passio en Medina del Campo. Hacia siglos que no estaba allí, la ciudad o el pueblo en esencia no ha cambiado mucho, en un gran enclave comercial de comercial de la comarca, recorriendo sus calles de das cuenta de lo que fue en su época de esplendor, de que apenas quedan unos edificios mal conservados o ruinosos, ¿Por qué la modernidad esta reñida con la conservación? Es una ida patente en España, en otros lugares no pasa esto, el sábado en una conversación, salio a la luz Portugal y lo bien que conservan su historia, basta con visitar la raya y vemos numerosos palacios, recintos amurallados, plazas fuertes, iglesias, cascos históricos y demás; ¿Por qué esto no sucede en España o en nuestra Castilla para centrarnos más? ¡Una pena!