lunes, 22 de octubre de 2012

Ítaka (Kavafis)

   Esta mañana cuando iba al trabajo me vino a la cabeza el poema de Kavafis, que he estado dando vueltas hasta que lo encontré y lo he vuelto a releer. Es uno de los poemas más conocidos del autor, está inspirado en el largo viaje de regreso de Ulises a su casa; quizá sea una invitación a un viaje o solamente una metáfora de la vida, que vamos recorriendo y quemando etapas hasta un final del viaje. Así como en la vida, lo importante es lo que vivimos en este viaje, no donde nos dirigimos; Como en la vida, los peligros que encontraremos en ese viaje no son más que los que nosotros mismos llevamos dentro y, como en la vida, la belleza de lo que veamos y vivamos no será más que lo que nosotros nos hayamos atrevido a dar, a compartir.  ¿Será Ítaca la muerte, y el camino nuestra vida? Una vida que hayamos tenido la fortuna de vivirla sin engaño, con alegrías y profundos desengaños.


Cuando emprendas tu viaje a Ítaca 
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes 
ni al colérico Posidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino, 
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Posidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.


Pide que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
En que llegues -¡con qué placer y alegría!...-
a puertos antes nunca vistos.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.


Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla, 
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguardar a que Ítaca te enriquezca.


Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.



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